Don Eloy Alfaro era presidente de la República en 1910, En
septiembre de este año estaba discutiéndose el decreto legislativo que
reformaría la Ley del divorcio. Un grupo de damas quiteñas organizó una manifestación
y entraron muy disgustadas, pues deseaban ser atendidas inmediatamente.
Don Eloy les manifestó que debían serenarse para poder
atenderlas. Prosiguió:
- Que tome la palabra la más anciana y me explique la causa de esta protesta.
El grupo de señoras enmudeció y empezó a retirarse poco a
poco, pues conocido es que a nuestras damas no les gusta confesar la edad,
salvo cuando legalmente tienen que hacerlo ante un juez en un proceso en el que
les solicitan sus datos personales.
Poco después, el 30 de septiembre de 1910, firmó el decreto
con leves reformas. Alfaro manifestó que a él no le servían porque era feliz
con su esposa Ana Paredes.
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