viernes, 20 de diciembre de 2019

Eusebio presidente

Eusebio Macías Suárez en su bicicleta


El balzareño Eusebio del Carmen Macías Suárez hablaba en cualquier esquina de una calle de Guayaquil, decía que un contador como él, que sabía mucho de finanzas, era quien debía gobernarnos porque había llegado la época de los humildes, de no rendir culto a los patrones. Más de una vez, los delincuentes le robaron su bicicleta mientras daba sus fogosos discursos. El pueblo trigueño, como él lo llamaba, le daba el voto para protestar contra el sistema o contra los otros candidatos. 

Con sus ahorros fundó el partido Cruzada Reivindicadora Nacional (CRN). Logró que lo eligieran concejal de Guayaquil en 1958. Decía que había hecho siete obras. Siguió en la actividad política sin éxito; el mismo pintaba las aspiraciones de su partido “sicodélico y agnóstico unificado”. 

Cansado y más pobre aún se retiró de la política. En su bicicleta seguía recorriendo las calles de Guayaquil para vender a plazos cuadros artísticos. Cuando le preguntaban acerca de sus aspiraciones políticas, contestaba: “En Ecuador, se nace votando por el patrón y se muere votando por el patrón”. 

Inspirado poeta nos dejó la letra del pasillo Historia de amor, al que le puso música Carlos Rubira Infante e interpretó sentimentalmente Julio Jaramillo: “Olga se llamó la ingrata que en mi vida hallé; a ella con fe y locura fue a quien más amé; pero tan impío mío el destino mío que me la quitó; y ella despiadada, sin tener consuelo, no me dijo adiós”.

La chispa de este luchador de la política se apagó en una cama del Hospital Luis Vernaza, de Guayaquil, en diciembre de 1980. El ataúd llegó al cementerio rodeado de sus 16 hijos y unos cuantos amigos; seguramente está pidiendo en las alturas una esquina, y no un balcón como Velasco Ibarra, para convencer con su verbo fogoso a las mayorías trigueñas.

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