El cantante y
compositor mexicano, Cuco Sánchez, ejecutaba en 1962 la melodía: “Con el fulgor
de una estrella iluminaron tu cara, por eso tú eres tan bella, tan adorable
como una reina” … junto a la ventana de una adolescente guayaquileña que
habitaba cerca del estadio Capwell.
La chiquilla se asomó y le sonreía, iba a entregarle una carta en la que le decía Cuco que lo amaba y que se la llevara a México, pero el indignado padre interrumpió la serenata para golpear ferozmente con puñetes y puntapiés al cantante; se le apareció el cuco a Cuco, autor y compositor de famosas canciones como El mil amores y Grítenme piedras del campo…tuvo que poner los pies en polvorosa para que, por mil amores, no le alcanzarán las piedras que también le lanzaron.
Ni por oro ni por plata aceptó contratos. Nunca más el famoso Cuco Sánchez visitó Guayaquil,
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