jueves, 7 de noviembre de 2019

Abraham Litardo Salamea no posee las piernas, pero camina y trabaja


Abraham Litardo Salamea

Caminando por las calles guayaquileñas en la esquina de 10 de Agosto y Boyacá ayudé con mi esposa a cruzar a un vendedor de caramelos de 69 años, que no posee las  piernas; pero camina porque en las rodillas se coloca esponjas para aguantar el dolor y dos pedazos de caucho, se ayuda además con dos pequeñas muletas; mientras le daba una moneda, se acercó un joven drogadicto a pedirme dinero para un almuerzo, Abraham Litardo Salamea, así se llama el hombre con discapacidad, le dice que se convierta en vendedor y no pida.

Litardo es una víctima más de la terrible diabetes, hace 18 meses perdió las piernas a pesar de la lucha contra la enfermedad; siempre trabajó, sin embargo, del último empleo lo botaron cuando no pudo andar normalmente. Debe trabajar porque su esposa está en cama por causa de la osteoporosis, la hija mayor que lo acompaña es desempleada y los demás hijos ni siquiera lo visitan. 

Todo este cuadro de dolor debe conmover al Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), que le ha manifestado que debe esperar con paciencia. Ojalá la espera no sea larga porque este hombre quiere seguir viviendo, movilizarse con dos prótesis y recibir el bono que le corresponde. Todos podemos ayudar enviando nuestra colaboración a Vergeles, manzana 77-A. Hoy por ti, mañana por mí.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

“El chivo expiatorio”

  Decenas de veces he oído la expresión “El chivo expiatorio”, pero confieso que no me había percatado de cuál es su origen; pues bien, la...