viernes, 20 de marzo de 2020

El patio de Pedrito



Era un rincón bohemio muy famoso que fundo un vaporino jubilado, Pedro Espinoza Martínez, en las calles guayaquileñas Gómez Rendón y Esmeraldas; una gorra de marino distinguía a este personaje en 1955.

Lucho Gálvez, actor

Para ingresar por primera vez a este rincón, los artistas debían ser bautizados por el actor cómico Lucho Gálvez, quien desempeñaba las veces de sacerdote; la ceremonia consistía en beber un vaso lleno, de un solo golpe, del fuerte licor de la época: Perla, que venía envasado en una botella de color verde, que el pueblo llamó “aguacate”, por la similitud en la forma con esta fruta.

El ambiente festivo lo alegraban dúos y tríos que ahí ofrecían pasillos, valses, boleros, tangos, baladas; a veces un experto acompañaba con un arpa a los solistas.

Concurrió ahí la gente de las clases media y alta para solicitar melodías y cantar; no se produjeron discusiones ni peleas, como en otros lugares de diversión.

Los artistas que visitaban Guayaquil por sus trabajos concurrían al Patio de Pedrito después de sus actuaciones.

Cierta vez llegó ahí Julio Jaramillo acompañado del trio peruano Los Embajadores Criollos, que dieron un concierto inolvidable de valses criollos, entre aplausos y vasos de cerveza y licor.

Poetas, cantores, intelectuales, actores, políticos, radiodifusores visitaron el rincón y dejaron sus nombres y firmas en un libro de visitas: Daniel Santos, Piero, Leo Marini, Celia Cruz, Alci Acosta, Carlos Rubira Infante, Pepe Jaramillo (cantantes), Carlos Julio Arosemena Monroy (político), Luis Peñaherrera Bermeo y Luis Burgos Flor (pintores), Julio Alemán (actor mexicano de la época de oro), Pedro Enrique Rivadeneira (poeta)…

Luis Burgos Flor, pintor

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

“El chivo expiatorio”

  Decenas de veces he oído la expresión “El chivo expiatorio”, pero confieso que no me había percatado de cuál es su origen; pues bien, la...