miércoles, 25 de marzo de 2020

Historia de amor en El Titanic: “Dónde tú vayas, allá iré yo”



Cuando se hundió El Titanic (1912) bajaron los botes para que se salvaran las mujeres y los niños. Algunos no estaban llenos porque muchas damas no querían separarse de sus esposos, como por ejemplo la señora Ida Strauss, quien dijo valientemente a su marido Isidor Straus: “Dónde tú vayas, allá iré yo”… murieron juntos por amor. Juntos en la vida y en la muerte.


De las 2206 pasajero que llevaba EL Titanic, 1403 perecieron, en su mayoría tripulantes y turistas varones. ¿Qué se habría podido hacer para evitar hundimiento? Casi nada porque la consideraron una obra perfecta.

No advirtieron en la media noche los icebergs que tenían delante, fue demasiado tarde para cambiar de rumbo. Un enorme iceberg más grande que el barco chocó el costado estribor, siguió hasta la popa y desapareció en la obscuridad. Por la brecha penetró abundante agua; desde entonces se exige a los barcos los suficiente botes salvavidas, que no los tuvo El Titanic, una gran falla.





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