La Guarachera de Cuba vino en
1979 para actuar en Esmeraldas. Las autoridades declararon día festivo y
ordenaron que los niños entraran primero para que fueran a conocer a Celia
Cruz; pero a las cinco de la tarde cayó un torrencial aguacero en el teatro al
aire libre. Las 5000 personas asistentes permanecieron empapadas esperando el
espectáculo, que desafió a la lluvia y encendió el canto de Celia y el baile.
Todo terminó con alegría y la
gente se fue a casa. Cuando Celia bajaba, las escaleras mojadas de la tarima se
desplomaron y le cayó encima un gordo alto que había tratado de ayudarla, un
dolor fortísimo en la pierna la paralizó. En el hospital de Esmeraldas le
pusieron una inyección, pero le recomendaron que en Guayaquil pidiera que la
atendieran. No tuvo tiempo de ir al
médico en esta ciudad, así es que con mucho dolor y bastón actuó a todo vapor.
Al día siguiente, en la clínica Alcívar le tomaron una radiografía que comprobó
que tenía el tobillo fracturado. Enyesada fue a trabajar a un cabaré.