miércoles, 29 de abril de 2020

Una afroperuana inspiró la canción “La flor de la canela”

Chabuca y Victoria Angulo

Déjame que te cuente, limeño

Déjame que te diga la gloria
Del ensueño que evoca la memoria
Del viejo puente, del río y la alameda
Déjame que te cuente, limeño
Ahora que aún perfuma el recuerdo
Ahora que aún mece en su sueño
El viejo puente el río y la alameda

Jazmines en el pelo y rosas en la cara

Airosa caminaba la flor de la canela
Derramaba lisura y a su paso dejaba
Aroma de mixtura que en el pecho llevaba

Del puente a la alameda

Menudo pie la lleva
Por la vereda que se estremece
Al ritmo de su cadera
Recogía la risa de la brisa del río
Y al viento la lanzaba del puente a la alameda

Déjame que te cuente, limeño ay!

Deja que te diga moreno mi pensamiento
A ver si así despiertas del sueño
Del sueño que entretiene, moreno
Tus sentimientos

Aspiras de la lisura

Que da la flor de canela
Adornada con jazmines
Matizando tu hermosura

Alfombras de nuevo el puente

Y engalanas la alameda
que el río acompasara tu paso por la vereda

Y recuerda que, jazmines en el pelo y rosas en la cara

Airosa caminaba la flor de la canela
Derramaba lisura y a su paso dejaba
Aroma de mixtura que en el pecho llevaba

Del puente a la alameda

Menudo pie la lleva
Por la vereda que se estremece
Al ritmo de su cadera
Recogía la risa de la brisa del río
Y al viento la lanzaba del puente a la alameda


Doña Victoria Angulo de Loyola, de finísima raza negra, de antiguas familias, que guardaba cuidadosamente las costumbres y tradiciones de las costas peruanas, inspiró una de las páginas más hermosas de la música latinoamericana: el valse La flor de la canela, de letra y música de Chabuca Granda. En Perú llaman azúcar flor a lo mejor de la azúcar, arroz flor a lo mejor del arroz y para Chabuca lo mejor de la raza negra es Doña Victoria Angulo: canela flor.

La Flor de la canela es un canto a la raza, un homenaje a la raza negra peruana que devolvió con bondad, ritmo, gracia y elegancia todo el dolor que le infirió la esclavitud.

lunes, 27 de abril de 2020

Los muertos vivos



La pandemia no deja de horrorizarnos, y al resto del mundo también, por los cadáveres que no se recogían en las calles, robos a los muertos en los hospitales, sobreprecios en los ataúdes, escandalosos sobreprecios de medicinas en las redes, muertos apilados sin identificación como racimos en los hospitales, muertos desaparecidos, ciudadanos que no le temen al COVID-19 en los barrios suburbanos y atacan a los policías con cuchillos, palos y piedras porque en toque de queda no los dejan jugar indor fútbol, jugar naipes, realizar bailes en los callejones con bebetorias… y en medio de este cuadro de dolor, que nos ubica como irresponsables y folclóricos, empiezan a aparecer los muertos vivos; solo esto nos faltaba.

A una anciana la dieron por muerta en un hospital de Guayaquil; sus familiares la lloraron, le hicieron la novena… pero después de unos días aparecieron los caraduras del hospital diciendo que “se equivocaron de muerto”, pues la anciana estaba viva y quería retornar lo más pronto posible a su hogar.

Sospechamos que por la punta se saca el ovillo, porque podría haber más muertos vivos, aunque sean pocos; a algunos muertos les cambiaron de nombre, es decir que enterramos y visitaremos a muertos que no nos pertenecen… ¡Qué lío! Hay bastante material para que cuentistas de hechos macabros redacten sus obras al estilo de Edgar Allan Poe.

De nuestra parte solo atinamos a decir con Rimbaud: “Cambiad la vida”.

viernes, 24 de abril de 2020

María Bonita



Acuérdate de Acapulco
De aquella noche
María Bonita, María del alma
Acuérdate que en la playa
Con tus manitas las estrellitas
Las enjuagabas
Tu cuerpo, del mar juguete nave al garete
Venían las olas lo columpiaban
Y mientras yo te miraba
Lo digo con sentimiento
Mi pensamiento me traicionaba
Te dije muchas palabras de esas bonitas
Con que se arrullan los corazones
Pidiendo que me quisieras
Que convirtieras en realidades
Mis ilusiones
La luna que nos miraba
Ya hacía ratito
Se hizo un poquito desentendida
Y cuando la vi escondida
Me arrodillé para besarte
Y así entregarte toda mi vida
Amores habrás tenido muchos amores
María Bonita, María del alma
Pero ninguno tan bueno ni tan honrado
Como el que hiciste que en mí brotara
Lo traigo lleno de flores
Como una ofrenda
Para dejarla bajo tus plantas
Recíbelo emocionada
Y júrame que no mientes
Porque te sientes idolatrada

María Félix, la María Bonita del cine mexicano, en verdad era bonita: alta, delgada, con una cinturita que envidiaba muchas mujeres, de ojos negros, grandes y saltones. Los hombres que la rodeaban querían estar con ella, pero ella los escogía. Quizás por su carácter fuerte fue tildada de lesbiana. Cuando un cronista le preguntó si era lesbiana, le contestó: “Si todos los hombres fueran como tú, seguramente sería lesbiana”. Un amante de ella, un piloto colombiano de aviación, confesó que en la intimidad era muy tierna y cariñosa.

El éxito le sonrió desde joven por su natural belleza; se convirtió en actriz sin haber estudiado arte dramático, alcanzó su máxima popularidad en la década de los años 40, llegó a ser la mejor pagada del cine mexicano; también filmó en España, Italia, Francia y Argentina.

Molesta, pues era una mujer muy molesta, cansada de tantos dimes y diretes, decidió publicar el libro autobiográfico “Todas mis guerras”, contado al historiador mexicano Enrique Krauze, obra que cayó como fuego sobre pólvora.

Su primer amor fue su hermano Pablo: “El hombre que más quise en mi adolescencia fue mi hermano Pablo (…). En una de sus licencias vino a verme con su uniforme de cadete. Estaba tan guapo que me temblaron las piernas”.

Confesó que tuvo hombres a montones que la trataron fabulosamente, pero a veces tuvo que lastimarlos para impedir que la sojuzgaran. “He quemado las cartas de Agustín Lara, he roto la guitarra que me regaló Pedro Infante… Hago fogatas con mis recuerdos para vivir sin esos fantasmas”.

Amor, loco amor. “Conocí el amor loco, la pasión sin freno, pero me duraron poco porque a esa tensión, a esos voltios, a esa temperatura de 40 grados no se puede vivir mucho tiempo”.

Toda una maestra en el arte de amar. “No he sufrido el tormento de los celos porque nunca me enamoro de un hombre al extremo de sufrir por él”.

El éxito lo consideraba inferior a la celebridad, porque el éxito lo puede tener mucha gente. “La celebridad te coloca y te apoya toda la vida”.

Esta celebridad que se destacó en la película Doña Bárbara, basada en la novela del escritor Rómulo Gallegos, tuvo entre sus montones de hombres a Agustín Lara, que la inmortalizó con la canción María Bonita; al charro cantor Jorge Negrete al torero Luis Miguel Dominguín, al cineasta Luis Buñuel… por su natural belleza le echaron flores.

La Doña, como le decían, no le temía a la vejez ni a las arrugas, sino a la falta de interés por la vida; siempre evadió referirse con precisión a su edad. “Me divierte la obsesión de ustedes los reporteros por mi edad”.

María de los Ángeles Félix Güereña nació el 8 de abril de 1914 en Álamo, Sonora, México; murió el 8 de abril de 2002 a los 88 años de edad, de una enfermedad cardiovascular.


miércoles, 22 de abril de 2020

“Vivo honroso con mi pobreza”



Esta frase se convirtió en historia desde que la pronunció el expresidente de la República, José Luis Tamayo (1920-1924), para rechazar una pensión vitalicia que por ley le concedió el Congreso.

Hecho curioso en la historia del Ecuador, pues ahora el pueblo ha cuestionado que expresidentes y exvicepresidentes reciban pensiones vitalicias y ha pedido a la Asamblea que las revoquen; el presidente Lenin Moreno Garcés se adelantó a cualquier resolución que se tomare y renunció a su pensión vitalicia de exvicepresidente y esos valores se integraron al Presupuesto General del Estado.

Los demás aludidos han callado y la Asamblea no ha resuelto nada al respecto; mientras en México el presidente Andrés Manuel López Obrador consiguió que los expresidentes y exvicepresidentes no cobraran sus pensiones, lo cual constituye un ejemplo.

lunes, 20 de abril de 2020

La poetisa Dolores Veintimilla pagó con suicidio ser precursora de la abolición de la pena de muerte.



A mis enemigos

¿Qué os hice yo, mujer desventurada,
que en mi rostro, traidores, escupís
de la infame calumnia la ponzoña
y así matáis a mi alma juvenil?

¿Qué sombra os puede hacer una insensata
que arroja de los vientos al confín
los lamentos de su alma atribulada
y el llanto de sus ojos? ¡ay de mí!

¿Envidiáis, envidiáis que sus aromas
le dé a las brisas mansas el jazmín?
¿Envidiáis que los pájaros entonen
sus himnos cuando el sol viene a lucir?

¡No! ¡no os burláis de mí sino del cielo,
que al hacerme tan triste e infeliz,
me dio para endulzar mi desventura
de ardiente inspiración rayo gentil!

¿Por qué, por qué queréis que yo sofoque
lo que en mi pensamiento osa vivir?
Por qué matáis para la dicha mi alma?
¿Por qué ¡cobardes! a traición me herís?

No dan respeto la mujer, la esposa,
La madre amante a vuestra lengua vil...
Me marcáis con el sello de la impura...
¡Ay! nada! nada! respetáis en mí!

Recordemos que en 1871 se instituyó la pena de muerte en el Ecuador y en 1906 desapareció para establecer infracciones con penas de reclusión mayor y menor. La poetisa y escritora Dolores Veintimilla de Galindo (1829-1857) fue la precursora de la lucha por la abolición de la pena de muerte. Defendió a la población indígena; también fue la precursora del romanticismo en el Ecuador.

El 20 de abril de 1857 fue fusilado el indígena Tiburcio Lucero en Cuenca. Lo acusaron de supuesto parricidio. Dolores Veintimilla publicó una Necrología en la que se proclamó en contra de la pena de muerte. La sociedad entonces la condenó. No la perdonaron; Fray Vicente Solano, defensor de la pena de muerte, también la atacó.

Dolores Veintimilla tenía 28 años de edad cuando decidió suicidarse con veneno por tanta incomprensión. Su muerte no contribuyó a que cesara el odio. Fray Vicente Solano, cual neurótico, siguió con su tema en el periódico La Escoba. Escribió: “En nuestro siglo hay una tendencia marcada a la abolición de la pena de muerte y esto no puede provenir, sino de las cosas, o del desprecio a la religión o del deseo de ver trastornada la sociedad con la impunidad de los crímenes. Esta mujer, con tufos de ilustrada había hecho apología de la pena de muerte. Se suicidó con veneno porque no pudo sostener su cuestión contra los que había atacado”.

El cadáver de Dolores Veintimilla fue arrojado a la quebrada Supay Huaicu en la ciudad de Cuenca. En el mismo lugar, 30 años más tarde, echaron el cadáver de Luis Vargas Torres, quién fue fusilado el 20 de marzo de 1887; ni siquiera les permitieron la entrada al cementerio.

El literato y crítico Guillermo Humberto Mata en un ensayo sobre Dolores Veintimilla escribió: “Dolores fue impelida (incitada, estimulada) a suicidarse por acoso y hostigamiento de cierta clase de sujetos indignos de la cuencanidad”.

viernes, 17 de abril de 2020

Los que nos dejan…



Cada día muere un amigo, un conocido, un hombre del pueblo que tiene que salir a trabajar para comer, un hombre o una mujer que fueron lustres de la patria… lamentamos sus partidas, sin despedidas, sin flores, sin velatorios, sin discursos porque la pandemia del coronavirus acecha.

Familiares de los fallecidos van a los hospitales con mucho valor y amor en busca de sus muertos para sepultarlos; en algunos casos el contagio aumenta, el amor y la tradición son más fuertes que el miedo.

El miedo, siempre el miedo, al cual vencemos gracias a Dios, las medicinas y los cuidados. Creemos, ante tanta desgracia, que la muerte no es el final del camino porque es un encuentro con Dios, con nuestros familiares y amigos, la resurrección es la esperanza.

Bien dijo el poeta, sacerdote y revolucionario, Ernesto Cardenal: “La única esperanza para mí ante este final (…) es la creencia en la resurrección. Tengo una profunda fe en la otra vida”.

Tener un buen sistema de salud e invertir en la investigación científica es la lección que deja esta pandemia, que la vida está ante todo, que los ciudadanos debemos cuidarnos porque somos frágiles antes los virus; no más muertos por confiados.

miércoles, 15 de abril de 2020

La niña de Guatemala murió de amor



El apóstol de la libertad de Cuba, José Martí (1853-1895), literato, profesor, poeta, revolucionario estuvo en algunos países. En Guatemala, en 1877 y parte de 1878, durante esta residencia la adolescente María García Granado se enamoró perdidamente de él sin ser correspondida; murió después de que su amor platónico se había casado con la cubana Carmen Zayas Bazán.



Martí describió la triste historia de amor en esta poesía:

Quiero, a la sombra de un ala,
contar este cuento en flor:
la niña de Guatemala,
la que se murió de amor.

Eran de lirios los ramos;
y las orlas de reseda
y de jazmín; la enterramos
en una caja de seda...

Ella dio al desmemoriado
una almohadilla de olor;
él volvió, volvió casado;
ella se murió de amor.

Iban cargándola en andas
obispos y embajadores;
detrás iba el pueblo en tandas,
todo cargado de flores...

Ella, por volverlo a ver,
salió a verlo al mirador;
él volvió con su mujer,
ella se murió de amor.

Como de bronce candente,
al beso de despedida,
era su frente -¡la frente
que más he amado en mi vida!...

Se entró de tarde en el río,
la sacó muerta el doctor;
dicen que murió de frío,
yo sé que murió de amor.

Allí, en la bóveda helada,
la pusieron en dos bancos:
besé su mano afilada,
besé sus zapatos blancos.

Callado, al oscurecer,
me llamó el enterrador;
nunca más he vuelto a ver
a la que murió de amor.

lunes, 13 de abril de 2020

La Azucena de Quito



Mariana de Jesús Paredes y Flores (1618-1645) fue la primera ecuatoriana en ser canonizada por la Iglesia Católica. Cuando tenía diez años de edad tomó los votos de pobreza, castidad y obediencia. Llevó posteriormente una vida de ayuno y austeridad.

Mariana de Jesús fue reconocida por curar a los enfermos y devolver la vida al menos a una persona. El terremoto de Quito de 1645 devastó a la ciudad, seguido de una epidemia. En medio de la catástrofe, Mariana ofreció su vida a Dios a cambio de los demás y murió tres días después; la leyenda cuenta que una Azucena brotó de su sangre y por esta razón es recordada como “La Azucena de Quito”.

Es el símbolo religioso de la ciudad de Quito venerada en la hermosa iglesia de La Compañía, donde también se encuentra la Dolorosa del Colegio.
Los otros santos del Ecuador son El hermano Miguel y Narcisa de Jesús Martillo Morán, quien inspirada en la vida de Mariana de Jesús, se dedicó a catequizar a los niños.



viernes, 10 de abril de 2020

Grandes personalidades valoraron a sus maestros



Alejandro Magno quería más a su maestro Aristóteles que a su padre Filipo porque influyó en su formación de adolescente cuando le inculcó su filosofía política: “Grecia conquistará el mundo; pero para ello será necesario un rey gobernando como un Dios y por nadie gobernado, ni siquiera por la ley”. 


El huérfano Simón Bolívar consideraba a su maestro Simón Rodríguez como a un padre, porque el carácter firme y original de este pedagogo influyó mucho en la formación del futuro Libertador. Juró en el monte Aventino delante de su maestro por el Dios de sus padres, por la patria (…) que no daría descanso a su brazo ni reposo a su alma hasta romper las cadenas opresoras del poder español. 


Nuestro maestro, literato, editorialista del diario EL UNIVERSO, el primer ecuatoriano que presidió la Asamblea General de las Naciones Unidas, Leopoldo Benites Vinueza, apreciaba en grado sumo a su maestra de escuela, que practicaba un concepto de la educación, la señorita Martínez Mera; también, a sus maestros vicentinos que influyeron en él: doctor Pedro José Huerta, profesor de Historia, a quien consideraba un erudito, de espíritu socrático, que usaba la ironía; al sabio de valor universal, Francisco Campos Rivadeneyra, poeta de la naturaleza, entomólogo, que enseñaba Ciencias Naturales  en el museo que impulsó (hoy abandonado en una bodega de la Unidad Educativa Fiscal Vicente Rocafuerte); al doctor José Vicente Trujillo, profesor de Filosofía, despertador de inquietudes, un fermental, enormemente sugerente.



El boxeador argentino Carlos Monzón fue gloria de este deporte, pues defendió 14 veces con éxito la corona de los medianos, una hazaña, se retiró invicto; siendo famoso visitaba a su maestra de escuela, Margot Sarli, ella fue testigo de la pobreza del niño Carlitos. Llevaba el chico su caja de lustrabotas a clases para trabajar a la salida, vendió diarios y leche, repartió gaseosas en un carro tirado por un caballo. 


Leo Dan, gloria viviente de la generación nuevaolera del 60, compuso canciones que en su mayoría llevaban nombres de mujeres; a su maestra le escribió y cantó: “Pero Raquel, Raquel déjame salir…”.



Así se expresó el premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, de su maestro Alfonso López Michelsen: “Lo conocí en la Universidad Nacional de Bogotá, en 1947, cuando él era el mejor profesor de Derecho Constitucional (…). Tenía una cultura literaria que ya quisiéramos muchos escritores, aunque solo fuera para los domingos (…). Por todo eso le tengo una admiración personal inmensa”.

Deducimos, entonces, que los buenos maestros deben influir en sus alumnos, aplicar conceptos modernos de la educación, ser eruditos, despertadores de inquietudes, guías, faros luminosos como los aquí recordamos en el gran día del maestro. 



miércoles, 8 de abril de 2020

Arde Judas en Semana Santa



La tradición surgió en España en el siglo XVIII, como una celebración en la Semana Santa, pues confeccionaban monigotes que representaban a Judas Iscariote (el discípulo que traicionó a Jesús por treinta monedas de plata) para apedrearlos e incinerarlos en plazas y otros lugares públicos como represalia. 

Esta tradición pasó a América, con características propias; en México observé que la quema de Judas efectúa el sábado de gloria por intermedio de muñecos elaborados con cartón, carrizo y papel, adornados primero con fuegos artificiales que estallan paulatinamente para cobrar una especie de explosiva venganza contra quienes consideran han causado males a los ciudadanos: políticos, artistas, deportistas… El pueblo decide quién es el personaje (Judas) más quemado.


En Uruguay queman a Judas desde mediados de noviembre hasta la Nochebuena; en otros países como Ecuador y Colombia, el 31 de diciembre incineran al monigote que representa al año viejo, para dar la bienvenida al nuevo año.

Existen quienes hayan similitudes de estas quemas con la extravagante tradición de las Fallas de la provincia española de Valencia, que durante una semana, 12 al 19 de marzo, se entrega a primitivos impulsos y celebra “el secreto del fuego”; calles y plazas se llenan de Fallas, conjuntos de figuras de carácter burlesco dispuestas sobre un tablado, y en el tiempo de diez minutos de gran explosión estallan hasta 100 kilos de pólvora, que supuestamente exorcizan a los espíritus malignos, la multitud aplaude y celebra la primavera, el 19 de marzo; en Gandía existían fallas en el siglo XVIII para la celebración de san José.

La palabra “fallas” procede de la lengua árabe que hablaban los moros que reinaban en Valencia en el siglo XIII, tiene su origen en la palabra latina “facula”, que significa varita de fuego o antorcha; por connotación: hoguera. 


lunes, 6 de abril de 2020

Las verdades de la científica Marie Curie

Marie Curie en su laboratorio


Los científicos del mundo, hoy que la pandemia del COVID-19 mata cada día más personas, han echado en cara que los gobiernos se han preocupado de la carrera armamentista que, por ayudar a los científicos, que pasan la vida entre probetas y tubos de ensayos por el bien de la humanidad; vale citar al respecto al premio Nobel Gabriel García Márquez cuando dijo que “la carrera de las armas va en sentido contrario a la inteligencia”.


Las verdades de la científica Marie Curie, primera mujer en ganar un premio Nobel, de física primero y química después: “se debe proteger a los científicos y poner todos los medios a su disposición. Solo pagando este precio una nación puede crecer”; palpitan hoy, lo que reclamaba ella es lo mismo que los científicos piden actualmente.

Ante cientos de miles de muertos en el mundo, por causa del COVID-19, defendamos la vida sobre la muerte; no nos asusta esta realidad descomunal porque la venceremos, pues nos negamos a aceptar el fin de la raza humana, crezcamos como países dando importante a la investigación científica, que no nos sorprenda otra peste demoledora.

viernes, 3 de abril de 2020

Hace 30 años murió la divina y misteriosa actriz Greta Garbo



Los cinéfilos todavía recuerdan a la divina y enigmática actriz sueca Greta Garbo (1905-1990). Impresionaba por su belleza irrepetible: un rostro cuyos rasgos eran perfectos; la nariz, el mentón, la boca, las mejillas, la frente estaban en gran equilibrio.

“Te encuentras con una cara como esta ante la cámara una vez cada siglo”, declaró el director sueco Mauritz Stiller después de que culminó la película La expiación de Gösta con Greta como protagonista.

Debutó en Estados Unidos en 1926 con El Torrente. De la película La Divina que filmó en 1928 surgió el apelativo que la caracterizó para siempre. La Academia de las Letras y Ciencias Cinematográficas de Hollywood la nominaron 4 veces para el Óscar por sus actuaciones en Anna Christie, Romance, La dama de las camelias y Ninotchka, pero nunca ganó; no asistía a fiestas y tenía pocos amigos.

Anunció su retiro en 1941; cuando tenía 35 años, inaccesible, estuvo llena de secretos, su vida fue privadísima. En 1954 le concedieron el Óscar honorífico, pero no se presentó para recogerlo; como tampoco se presentó a la boda con el actor John Gilbert, se convirtió en leyenda.

Greta Garbo con John Gilbert


Sostenía que “el artista que crea debe ser un espíritu raro y solitario”; eludía a fotógrafos y periodistas, deseaba que la dejaran en paz. La Divina trabajó en 10 películas mudas y en 14 con sonido, pero conmocionó al mundo del cine al retirarse a los 35 años y desaparecer de la vida pública; vivió durante casi medio siglo encerrada en un lujoso apartamento de 7 habitaciones del elegante lado este de la ciudad de Nueva York, salía a las tiendas a comprar antigüedades e iba al cine durante la tarde y para no ser reconocida llevaba el cabello cano.

Las cenizas de la solitaria diosa del cine fueron enterradas finalmente el 17 de julio de 1999 en su ciudad natal de Estocolmo, luego de más de nueve años de su muerte.

miércoles, 1 de abril de 2020

Medardo Ángel Silva escribió el poema El alma en los labios antes de suicidarse



Medardo Ángel Silva en el parque Bolivar (parque de las iguanas)

Cuando de nuestro amor, la llama apasionada
dentro tu pecho amante, contemples ya extinguida ya que solo por ti la vida me es amada el día en que me faltes, me arrancaré la vida porque mi pensamiento, lleno de este cariño, que en una hora feliz, me hiciera esclavo tuyo, lejos de tus pupilas, es triste como un niño, que se duerme soñando, en tu acento de arrullo.
y quisiera ser todo, lo que tu mano toca;
ser tu sonrisa, ser hasta tú mismo aliento,
para poder estar más cerca de tu boca
para envolverte en besos, quisiera ser el viento,
perdona si no tengo, palabras con que pueda,
decirte la inefable, pasión que me devora;
para expresar mi amor, solamente me queda,
rasgarme el pecho amada y en tus manos de seda,
dejar mi palpitante corazón que te adora.

El guayaquileño Medardo Ángel Silva (1898-1919) era un joven poeta moreno, nervioso, teatral, precipitado, escribía aceleradamente, como si presintiera el viaje eterno; así lo describió su amigo el también poeta José María Egas, pues eran compañeros en el Colegio Fiscal Vicente Rocafuerte. Portaba espejuelos, de regular estatura, pulcro en el vestir, por lo general de terno oscuro.

Vivía cerca de una chiquilla sencilla, de 15 años, Rosa Amada Villegas, de quien se enamoró locamente en 1918 cuando la conoció. El 10 de junio 1919, a las ocho de la noche, llegó la tragedia para el poeta. ¿Qué ocurrió? Le preguntó José María Egas a la joven. Ella respondió: “Conversábamos, de pronto Medardo tuvo celos, buscó la puerta y dijo que ya no regresaba. De pronto se sentó en el sofá y se disparó en la cabeza”. En el reconocimiento legal se determinó que el proyectil entró por la sien derecha.

Años más tarde, Rosa Amada Villegas, declaró al periodista Hugo Delgado Cepeda que Medardo Ángel Silva escribió el poema El alma en los labios para ella, con tinta roja, a puño y letra y firmado abajo.

La poesía se convirtió en pasillo, vibra en la voz de Julio Jaramillo, Karla Kanora, Los hermanos Miño Naranjo, Hilda Murillo, de los enamorados, de los estudiantes, de los obreros… entró hondo en el alma del pueblo.


Dale clic aquí para escuchar la canción

“El chivo expiatorio”

  Decenas de veces he oído la expresión “El chivo expiatorio”, pero confieso que no me había percatado de cuál es su origen; pues bien, la...