viernes, 29 de noviembre de 2019

Las primeras locuras de Abdalá


Un hombre de pelo en pecho

Cuando Abdalá  ejerció el cargo de intendente de Policía en 1980,  mandaba a pespuntar las minifaldas que enseñaban mucho las piernas pecadores, se batía en gran batalla con los mayoristas de la carne, repartía puñetazos a los que iban en manifestaciones a protestar a la Intendencia, invadía el recinto de la Corte Superior de Justicia de Guayaquil y ni siquiera a las abogadas escapaban de su vocabulario pintoresco, que recordaba el de su tío Assad Bucaram Elmalhin…

Grabó un disco

Todo un hombre de pelo en pecho, pues se presentaba desafiante con camisas desabotonadas. Era un ciclón que parecía salirse de las pantallas de los canales de la televisión cuando lo entrevistaban. Convenció al pueblo de que él era su más ardiente defensor.

Fue destituido por 44 psiquiatras 

Y con este estilo político entre pugilístico y retórico llegó a la alcaldía de Guayaquil y luego a la presidencia de la República. Entonces se autodenominó: “El loco que ama”. Fue presidente del equipo de fútbol Barcelona S.C., grabó un disco, bailaba rock, comía guatita, permanecía la mayor parte del tiempo en Guayaquil porque no soportaba los fantasmas del palacio de gobierno… Y acusado de loco fue destituido ilegalmente por 44 diputados en el Congreso de 1997. Declaró que lo bajaron 44 “psiquiatras”.          

miércoles, 27 de noviembre de 2019

El cuentero de Muisne vendió el reloj público






Con su locuacidad y poder de convencimiento engañó a quien le puso el ojo, gracias a lo cual llevó una vida de auténtico magnate. Cuando apenas contaba con 21 años de edad tuvo la audacia de hacerse pasar por el ingeniero Chimbolo Macoto para que funcionarios de la Dirección del Banano lo contrataran con un buen sueldo. 

Se hospedó en los mejores hoteles, vistió elegantemente y acostumbraba a comer en los restaurantes más caros. En cierta ocasión, vendió el reloj público del Malecón, con escrituras falsas, a un ingenuo extranjero. 

Impostor incorregible. Las mujeres no se escaparon de su labia.  Impresionó a una médica ecuatoriana con quien contrajo pomposas nupcias, pero ella -triste y desplumada- le planteó el divorcio una vez que se enteró de la verdadera identidad del Cuentero de Muisne. 

-“Yo no tengo la culpa de que me hayan creído”, manifestaba con burla. 
El esmeraldeño Sigifredo Dante Reyes Moreno apareció en la escena delictiva en los comienzos de la década del 70. 



Se fugaba de cualquier cárcel. En 1990 estuvo en la de Esmeraldas. De ahí pasó en 1992 a la cárcel Tomás Larrea de Portoviejo porque tenía cuentas pendientes con la justicia de esa ciudad. Se evadió con 29 reclusos en una acción de corte cinematográfico, tras cavar pacientemente un túnel de 15 metros. Muchos presidiarios lo respetaban mucho y lo apreciaban por ser buen compañero. 

 -“Ha llagado la hora de retirarme de la vida delictiva, una editorial me comprará mis memorias para publicarlas”, anunció en los medios de comunicación, pero volvió a delinquir y fue a parar al penal García Moreno de Quito. Fue su último encierro porque enfermó gravemente. 

-“Esta vez no me salvo”, predijo. Efectivamente, a la única que no pudo engañar fue a la muerte.

lunes, 25 de noviembre de 2019

El cachudo más famoso del Ecuador



“Así te quería ver”, atinó a decir Ramón Mendoza cuando encontró a su mujer Natalí en la cama con su amigo, en el pueblo de San Eloy, Rocafuerte, Manabí. Pero a pesar de que ardía en coraje no la mató como suele suceder con las infieles en esos lares de hombres machistas. Aceptó su derrota; se convirtió en el cachudo más famoso del Ecuador y libre de su mala compañera.

Ramoncito, como le dicen sus amigos, demostró ser muy creativo, pues, fundó la Federación Nacional de Cachudos, que tiene más de 300 socios, en una casa vetusta de San Eloy. Ahí, en la parte de afuera, hay cuernos de vaca con los nombres de las infieles, que han quedado señaladas como tales por la población.

Ese ha sido el único castigo que han recibido de parte de los engañados maridos. En la Federación se encuentran también leyendas muy picantes: “Ramón no acepta mujer casada ni frita ni asada”, “Hay mujeres que ponen cachos hasta por curiosidad, por delante y por detrás”.

Los cachudos son muy activos. En septiembre, mes del nacimiento de Ramoncito, organizan alegremente manifestaciones. Aprovechan la ocasión para inscribir a más socios. Kesty Celi, una bella dama, viajó desde Quito para registrarse. Portaba en la cabeza un par de cachos con la leyenda: “Por tu culpa los tengo”.


Recorren poblaciones aledañas gritando: “Que levanten las manos quienes no tienen cachos”, “Viva el marido de mi mujer”.  El desfile le ha dado fama a San Eloy y al ahora soltero Ramoncito. Su historia fue motivo de un cortometraje en Perú. Vale decir, ante las circunstancias que enfrentó Ramoncito, “después del dolor… viene el sabor”.

viernes, 22 de noviembre de 2019

La “come niño”


Antonia era una maestra universitaria muy versada, cumplida y severa. Los alumnos le temían. Estaba felizmente casada y era madre de dos hijas. Practicaba lo que predicaba. Como no hay nada seguro en la vida, con excepción de la muerte, su matrimonio terminó por decisión de su amado esposo. Tenía cuarenta años. 



En la cátedra universitaria, Antonia, se sintió atraída por un joven de veinte, blanco, de cabellos castaños, ojos claros, alto y delgado que la cortejó hasta llevarla a vivir en unión libre y procrear una hija. Sus alumnos, crueles como siempre, la apodaron la “come niño”. Diez años le duró esta alimentación. De 40 y 20 el amor no suele durar.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

Esperó ser adulta para poseer a su exprofesor



Existen adolescentes en los colegios que se enamoran perdidamente de sus profesores, pero ellos temerosos de ser denunciados por los padres de las chicas en la fiscalía no ceden. El amor perduró en Rita después de graduarse de bachiller, casarse y alumbrar dos hijos. Buscó a su exprofesor de matemáticas, Gabriel, para decirle que deseaba poseerlo.

La tentación, el recuerdo y los deseos reprimidos se desbordaron en el maestro, que mansamente aceptó consumar el acto sexual… ¡Qué caracho al tacho la fidelidad!

lunes, 18 de noviembre de 2019

Cara seria… cuerpo pecador


Lastheny era toda virtud, se jactaba de ser feliz y haberse casado para toda la vida. Daba continuamente consejos a sus compañeros de trabajo acerca de la fidelidad en el matrimonio, a pesar de las limitaciones económicas. Se desempeñaba en dos empleos cuando su adorado esposo, Gilberto, bajito, trigueño, gordito, quedó desempleado. Ella, trigueña, alta y delgada, no era una bella que encantaba ni una fea que espantaba, corriente como dicen. Muchos compañeros la cortejaban; pero no cedía hasta que se cansó de su vago, diabético y feo marido y lo mandó a volar; se enamoró perdidamente de su jefe Rodolfo y no le importaba que murmuraran, pues el ofendido no se fue del hogar y todos los días concurría a la salida de la institución para esperarla pacientemente más de una hora.


Rodolfo era feliz dentro; Gilberto, afuera. Lastheny perdió su cara seria y disfrutaba de su cuerpo pecador; mientras sus frustrados admiradores le cantaban burlonamente al pasar: “¿Por qué te hizo el destino, pecadora?”.  

viernes, 15 de noviembre de 2019

Tarzán, el comemuertos


Un caballero comprobó cierto día que el costoso anillo con el que sepultó el padre estaba en venta en una joyería. Poco después, una señora se estremeció al encontrar colgado en una casa de compra y venta el vestido de novia que le puso a la hija para el velatorio y con el que la sepultó.

Las dos denuncias inquietaron al comandante de la Policía, Manuel Carbo Paredes, para montar guardia durante varias noches en el Cementerio General de Guayaquil… el comemuertos cayó. Se llamaba Víctor González Navarro, alias Tarzán. Reconoció que había imitado a algunos individuos que desde mucho tiempo profanaban tumbas. Confesó que aprendió de los panteoneros Benito Suárez y Manuel Santos Delgado. La prensa destacó el hecho el 25 de marzo de 1941.

El hermano menor de Tarzán era el encargado de escoger las bóvedas para abrirlas y robar. La madre era obligada a lavar y luego planchar la ropa de los muertos para que la conviviente, María Chonillo, las llevaba a empeñar o vender; formaron una empresa delictiva.

Tarzán acostumbraba vestir elegantemente, pues usaba los trajes de los muertos que le quedaran a la medida; en la casa escondía varios cráneos.

Entraba borracho al cementerio, imaginaba que los muertos le salían al paso para evitar que les robara. Declaró que los insultaba y ejecutaba movimientos amenazantes para que no lo molestaran.

Las personas que visitaban la vieja Cárcel Municipal de la calle Julián Coronel le pagaban un sucre a Tarzán para conocerlo; lo encontraban con su cara larga y su boca desdentada entre las rejas. 

La profanación de tumbas al estilo de Tarzán y su empresa continúa; cada cierto tiempo sucede en los barrios suburbanos y pueblos aledaños a las ciudades.


miércoles, 13 de noviembre de 2019

Soltero maduro, gay seguro


Así le gritaban en el barrio al viejo Pedro. Esta creencia duró mucho en el Guayaquil de antaño, ya que la gente opinaba que para ser macho era necesario casarse y engendrar hijos. No tomaban en cuenta que un hombre podía ser misógino, es decir, quien siente o manifiesta aversión por las mujeres. Grandes personajes fueron misóginos, como el filósofo español José Ortega y Gasset. 


Las apariencias engañan a los taxistas




Josué detuvo su taxi ante el llamado de dos jóvenes que le pidieron que los llevara al Hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad social, IESS, a visitar a un tío que se encontraba gravemente enfermo. Le suplicaron que los esperara 10 minutos porque seguramente se trataba de un caso de muerte y tenían que dar aviso a los familiares.

Regresaron sin demora, los jóvenes, muy apesadumbrados y expresaron que los condujera a un callejón del Guasmo Sur, donde les iban a proporcionar el dinero para pagar los funerales… El conmovido y confiado taxista perdió el carro, el dinero del diario y hasta los pantalones porque los hábiles ladrones lo dejaron en calzoncillos, amarrado de pies y manos y con esparadrapos en la boca.

lunes, 11 de noviembre de 2019

Decían que la virginidad producía cáncer


Los compañeros de colegio de la ingenua Narcisa la habían convencido de que la virginidad producía cáncer, por tanto, debía tener relaciones sexuales lo más pronto posible. La oportunidad se le presentó cuando su hermana mayor, Nancy, la sacó de casa con permiso de mamá para que la acompañara al centro de la ciudad.



En verdad iba a verse con un enamorado, que estaba acompañado de un amigo. Entonces cada pareja entró en un dormitorio y Narcisa perdió la virginidad con quien después de muchos encuentros amorosas no quiso casarse.

Después vino el amor con joven trigueño y fuerte que creyendo que Narcisa era virgen deseaba casarse. La chica no tenía dinero para una de las acostumbradas microcirugías que la dejaban nuevamente virgen. Hasta que la chispa se le prendió: invitó a su enamorado a la playa y ahí al vaivén de las olas tranquilas sedujo a Marcos para que la poseyera. Y fueron felices porque bajo el agua pensó que la había desflorado.

viernes, 8 de noviembre de 2019

El “paquetazo” alimenticio guayaquileño de los años sesentas


Los estudiantes de los colegios nocturnos guayaquileños de los años sesentas salíamos de clases a las 23h00 cansados (trabajabámos de día) y con hambre; caminábamos, pues los buses y colectivos iban repletos y no podíamos tomarlos.

Paquetazo alimenticio

Con mis compañeros del colegio particular Veinte de Abril, de los padres jesuitas, pasábamos por 10 de Agosto y Lorenzo de Garaycoa, esquina del mercado Central, al frente quedaba el resaturante El chamaquito, donde comprábamos el famoso “paquetazo”, una porción de arroz con jugo de seco de gallina o chivo o de guatita envuelto en un papel de despacho, sin cuchara, por un sucre para merendar parados.

Nos encontrábamos con vendedores ambulantes, noctámbulos, alumnos de los colegios César Borja Lavayen y Andrés Mateus; también el quiosco El colorado (así apodaban al propietario) en la esquina de las calles Quito y Ayacucho  vendía “paquetazos”.

Siempre en grupos nos defendíamos de los malhechores que pretendían robarnos hasta los libros. No nos dejamos vencer por las circunstancias; así venciendo muchas dificultades nos graduamos de bachilleres para luego alcanzar el título universitario.

jueves, 7 de noviembre de 2019

Abraham Litardo Salamea no posee las piernas, pero camina y trabaja


Abraham Litardo Salamea

Caminando por las calles guayaquileñas en la esquina de 10 de Agosto y Boyacá ayudé con mi esposa a cruzar a un vendedor de caramelos de 69 años, que no posee las  piernas; pero camina porque en las rodillas se coloca esponjas para aguantar el dolor y dos pedazos de caucho, se ayuda además con dos pequeñas muletas; mientras le daba una moneda, se acercó un joven drogadicto a pedirme dinero para un almuerzo, Abraham Litardo Salamea, así se llama el hombre con discapacidad, le dice que se convierta en vendedor y no pida.

Litardo es una víctima más de la terrible diabetes, hace 18 meses perdió las piernas a pesar de la lucha contra la enfermedad; siempre trabajó, sin embargo, del último empleo lo botaron cuando no pudo andar normalmente. Debe trabajar porque su esposa está en cama por causa de la osteoporosis, la hija mayor que lo acompaña es desempleada y los demás hijos ni siquiera lo visitan. 

Todo este cuadro de dolor debe conmover al Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), que le ha manifestado que debe esperar con paciencia. Ojalá la espera no sea larga porque este hombre quiere seguir viviendo, movilizarse con dos prótesis y recibir el bono que le corresponde. Todos podemos ayudar enviando nuestra colaboración a Vergeles, manzana 77-A. Hoy por ti, mañana por mí.

lunes, 4 de noviembre de 2019

Hasta de muerto marcó goles el mágico Alberto Spencer


EL 24 de junio de 1959 fue inaugurado El Estadio Modelo de Guayaquil. Setenta y cinco mil personas ovacionaron a Alberto Spencer, Cabeza mágica, cuando anotó al arquero Walter Taibo el primer gol de la historia de ese escenario, ya que reforzó al Barcelona, que empató a dos tantos con Huracán de Buenos Aires (Emelec y Peñarol, de Uruguay, completaron el cuadrangular amistoso). Dos días después, marcó Spencer un tanto de antología con doble sombrero, es decir pase de la bola por encima del defensa William Martínez y del arquero Bernardico, de Peñarol.

Pelé y Spencer


Pertenecía al Everest cuando fue contratado por el Peñarol de Uruguay y terminó su carrera deportiva en Barcelona de Guayaquil. Es aún el máximo goleador de la Copa Libertadores de América con 54 tantos, pues su récord no ha sido superado. Marcó aproximadamente 600 goles, considerando los equipos en los que jugó oficialmente o reforzó.

El 6 de noviembre del 2006 en el Estadio Modelo, 47 años de transcurrida la inauguración, luego de haber velado al cadáver de Spencer en el Coliseo Voltaire Paladines Polo, los aficionados llevamos el féretro (en contra de la voluntad de la familia) para que diera la vuelta olímpica en aquella cancha que lo lanzó a la fama mundial; gol, gol… gritábamos al pasar por los arcos; entonces reconocieron, cuánto queríamos a nuestro máximo goleador.

Es una tradición ecuatoriana pasear a los difuntos por los lugares donde más transitó.

Velasco Ibarra murió por amor a Corita


“El gran ausente” de la política ecuatoriana, José María Velasco Ibarra, cinco veces presidente de la República, retornó a Quito el 15 de febrero de 1979 con el cadáver de su esposa Corina Parral, procedente de Buenos Aires donde residían, a “meditar y a morir”. El carismático líder era la premonición de la muerte.

Velasco Ibarra y Corina Parral


La muerte de Corita, como Velasco llamaba a su esposa, lo abrumó, aturdió, asombró. Hablaba constantemente del amor y la muerte.

El amor para el expresidente era “soñar y supervivir”. El amor de estos esposos supervivió porque siempre se comprendieron, eran una sola vida y un solo corazón; José María apoyó las ilusiones artísticas y literarias de Corita y ella la actividad política y de escritor de su esposo; no ambicionaron riquezas, querían ser y no tener, es decir servir, vivieron pobremente, pero con dignidad, constituyeron un ejemplo como pareja para los ecuatorianos.

Corita manifestaba que José María era todo bondad, caballeroso, noble, profundo, genial; José María la calificó como mujer de corazón y mente divinos, amor leal, valiente.

El morir para el prominente político era “vivir para siempre”; en los últimos días de “viejo huérfano”, como se autocalificó, se negó a comer; tuvo a su esposa en el pensamiento hasta el último instante. “Haga rezar por Corita, padre”, le decía repetidamente al sacerdote Tipán, que lo asistió espiritualmente.

Falleció en Quito el 30 de marzo de 1979, sus restos están enterrados en el cementerio de San Diego, en Quito, junto a los de su esposa. Juntos en la vida y en el más allá. Negaba que existiera la muerte porque “el amor ilumina la vida y transforma la muerte en resurrección”; ella murió al bajar de un colectivo, él murió de amor.

“El chivo expiatorio”

  Decenas de veces he oído la expresión “El chivo expiatorio”, pero confieso que no me había percatado de cuál es su origen; pues bien, la...